No todos los niños sienten una especial alegría por tener que visitar al dentista. Este rechazo a acudir a la clínica dental puede tener diversos orígenes.
El más común de todos es el miedo, pudiendo ser miedo al dolor, miedo a lo desconocido o incluso un miedo aprendido de los padres; si ellos también lo sufren, de alguna manera lo trasladan al pequeño.
Es importante trabajar con los niños para conseguir vencer ese miedo y evitar que, a consecuencia de no acudir periódicamente a revisión, se desarrollen problemas de salud bucodental como caries, bruxismo o incluso problemas digestivos.
Se calcula que el 40% de los niños menores de 6 años solo van al dentista en caso de dolencia, sin prestar atención al mantenimiento.
Una actitud positiva, incluir una rutina diaria de limpieza en casa, y acudir al dentista de forma regular son herramientas primordiales para ayudar a los más pequeños a que se sientan más cómodos durante las visitas.
La visita al dentista hoy puede ser y es una experiencia positiva y divertida.