En el siglo XIX surgieron diversas referencias literarias a un personaje denominado Ratoncito Pérez, aunque se cree que la que más fielmente refleja la historia del pequeño roedor, tal cual lo conocemos ahora, es el cuento que el Padre Luis Coloma, jesuita jerezano, escribió para el Rey Alfonso XIII cuando este aún era un niño.
Ocho eran los años que tenía el pequeño “Bubi”, como lo llamaba su madre, cuando, con motivo de la caída de un diente, la Reina María Cristina encargó al Padre Coloma que redactara una historia como regalo para su hijo.
En este cuento, el ratón vivía con su familia en el almacén de la entonces famosa confitería Prats, en el número ocho de la calle del Arenal, muy próximo al Palacio Real. Allí vivía en una caja de galletas este pequeño animal “con sombrero de paja, lentes de oro, zapatos de lienzo y una cartera roja, terciada a la espalda”.
Según la historia del Padre Coloma, el pequeño roedor se escapaba frecuentemente de su domicilio y, a través de las cañerías de la ciudad, iba al encuentro del rey Bubi I (Alfonso XIII) quien, transformado a su vez en un pequeño ratoncito, viajaba con su amigo Pérez a otras partes de la ciudad para conocer cómo vivían sus pequeños súbditos, algunos de ellos muy pobres.
El manuscrito data de 1894, y se conserva en la biblioteca del Palacio Real, aunque la primera edición del cuento no se realizó hasta 1902.
En la actualidad, en el número 8 de la calle Arenal de Madrid figura, como homenaje a este pequeño personaje literario, una placa que reza “Aquí vivía, dentro de una caja de galletas en la confitería Prast el Ratón Pérez, según el cuento que el padre Coloma escribió para el niño rey Alfonso XIII”.