El mantenimiento periodontal es una sesión periódica, realizada por personal específicamente cualificado, que tiene como objetivo principal ayudar a los pacientes a mantener su salud bucal y periodontal. En nuestra clínica dental de Oviedo, Asturias, es una de los muchos tratamientos que realizamos a nuestros pacientes.
Una vez registradas las modificaciones que hayan podido producirse en la historia o hábitos del paciente, se realiza una exploración de dientes y mucosas, y un sondaje de las localizaciones más afectadas. También se realiza una inspección de la inflamación y de la eficacia de la higiene oral, realizando recomendaciones y modificaciones de la técnica cuando es necesario.
Posteriormente se procede a la eliminación de los depósitos de cálculo (sarro) visibles y localizados bajo la encía. Para ello nos ayudamos de instrumental ultrasónico y de curetas. Una vez realizado esto, se pulen los dientes con una copa de goma y una pasta especial, con objeto de dejar la superficie lisa y dificultar el acúmulo de bacterias. En ocasiones nos ayudamos de un láser o un antiséptico para descontaminar la superficie de dientes e implantes.
Normalmente se finaliza el mantenimiento aplicando flúor en colutorio o cubetas, para disminuir la aparición de caries, y programando la siguiente cita de mantenimiento.
Es frecuente que los pacientes “se cansen” de acudir a sus citas de mantenimiento, vayan alargando los plazos, o incluso los sustituyan por “limpiezas de boca”. A corto plazo puede suponer una menor incomodidad y un menor coste, sin embargo, hay múltiples estudios que demuestran una mejor salud periodontal en pacientes con mantenimiento, lo que a largo plazo contribuye a que los dientes se mantengan durante más años, con las implicaciones funcionales, estéticas y económicas que esto conlleva.
Es importante recordar que para complementar un buen mantenimiento es necesario realizar reevaluaciones que incluyen exploración clínica y radiografías para controlar la evolución de los dientes y descartar patologías no visibles (como pérdidas óseas, caries o infecciones). El tipo de exploración y su periodicidad dependen de cada paciente, pero no deberían pasar más de 2-3 años sin hacer algún tipo de radiografía. Una correcta higiene oral, un adecuado mantenimiento y exploraciones periódicas son la mejor inversión para mantener la boca sana.
